09 Sep Sant Pere Nord a oscuras, los vecinos están intranquilos
El barrio de Terrassa, Sant Pere Nord, llevaba ayer domingo 9 de septiembre tres noches consecutivas a oscuras. Los vecinos están preocupados porque están aumentando los robos de vehículos y hay inseguridad y miedo para andar por la calle cuando oscurece.
A parte de la falta de luz, los vecino explican que se venden drogas en varios puntos del barrio ante la inacción de un ayuntamiento que sólo parece preocuparse del centro de la ciudad y en los barrios hay una sensación de abandono.
El 7 de septiembre otro vecino de la ciudad egarense registraba con su móvil un vídeo en la calle San Honorato del barrio Ca N’Anglada. En el mismo se puede ver que sólo está iluminada por los rótulos de algún comercio.
El grupo municipal de VOX en el Ayuntamiento de Terrassa ha recibido las quejas de los vecinos y las ha puesto en conocimiento del alcalde Jordi Ballart, además de compartir en las redes sociales del grupo y Alicia Tomás las imágenes de los barrios sin iluminación pública.
A parte de la falta de luz, nos cuentan que se venden drogas en varios puntos del barrio ante la inacción de un ayuntamiento que sólo se preocupa del centro de la ciudad. pic.twitter.com/KVjjpDAMa2
— VOX Terrassa (@VoxTerrassa) September 8, 2024
Falta de iluminación y delincuencia
El vínculo entre la iluminación y la delincuencia ha sido objeto de estudio en varias disciplinas, como la criminología, la sociología y la psicología ambiental. Existen investigaciones que indican que la delincuencia puede aumentar en los barrios de grandes ciudades mal iluminados.
1. Estudios sobre la relación entre iluminación y delincuencia
Un estudio realizado por el Departamento de Justicia de Estados Unidos en 1996 titulado «Improved Street Lighting and Crime Prevention» concluyó que una mejor iluminación puede reducir los delitos en ciertas áreas urbanas. La investigación sugiere que una iluminación adecuada puede disuadir a los delincuentes al aumentar la vigilancia natural, es decir, la capacidad de los vecinos y transeúntes de observar actividades sospechosas.
Otro estudio destacado realizado por Farrington y Welsh (2002), una revisión de evaluaciones sistemáticas de proyectos de iluminación en barrios del Reino Unido y Estados Unidos, mostró una reducción del 20% en los delitos después de la instalación de iluminación mejorada. El análisis sugirió que el aumento de la visibilidad y la percepción de seguridad pueden reducir la oportunidad para el crimen.
2. Teorías criminológicas
La Teoría de las Ventanas Rotas, propuesta por Wilson y Kelling en 1982, sostiene que las señales de desorden en un vecindario, como ventanas rotas o áreas mal iluminadas, pueden incentivar más crímenes. La idea es que el desorden físico genera la percepción de que el área no está controlada, lo que puede dar a los delincuentes la sensación de que no serán atrapados.
Por otro lado, la Teoría de las Actividades Rutinarias sugiere que los crímenes ocurren cuando convergen tres elementos: un delincuente motivado, un objetivo atractivo y la ausencia de un «guardián capaz». La iluminación adecuada puede actuar como un «guardián capaz», aumentando la posibilidad de ser detectado y disuadiendo el comportamiento criminal.
3. Percepción de seguridad y comportamiento humano
La percepción de seguridad juega un papel crucial en la relación entre iluminación y delincuencia. Estudios psicológicos han demostrado que las personas tienden a sentirse más inseguras en áreas mal iluminadas, lo que puede llevar a evitar ciertas zonas por la noche. Esta ausencia de tránsito de personas reduce la vigilancia natural, facilitando que los delincuentes actúen sin ser vistos.
Según un estudio publicado en Crime Science Journal (2015), las áreas mal iluminadas tienden a tener menos movimiento peatonal durante la noche, lo que puede aumentar la probabilidad de delitos como robos o agresiones. La mejora en la iluminación no solo contribuye a una mayor percepción de seguridad, sino que también puede aumentar el tráfico de personas, lo que indirectamente disuade a los delincuentes.
4. Casos de estudio
En grandes ciudades como Londres y Nueva York, se han implementado proyectos de mejora de la iluminación en áreas urbanas con altas tasas de criminalidad. En Nueva York, por ejemplo, un estudio de 2019 que evaluó un proyecto de mejora de la iluminación en barrios con altos índices de violencia demostró una reducción del 39% en delitos nocturnos, especialmente aquellos relacionados con asaltos y robos.
En conclusión, aunque la relación entre iluminación y delincuencia no es lineal ni universal, existe evidencia significativa que sugiere que la mejora en la iluminación en los barrios de grandes ciudades puede reducir la delincuencia, tanto al aumentar la percepción de seguridad como al disuadir la actividad criminal. Sin embargo, es crucial considerar que la iluminación es solo un factor entre muchos y que una estrategia efectiva de reducción del crimen debe incluir intervenciones múltiples.
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