24 Feb Tratamientos para la flacidez en el cuello
La flacidez del cuello es la pérdida de tono muscular y de firmeza en la piel de la zona del cuello y sus causas pueden ser muy variadas. La flacidez da una apariencia de «colgajo» y hace que esta zona del cuello parezca más ancha y arrugada. En este artículo conoceremos los tratamientos que existen para mejorar nuestra apariencia y las causan que lo pueden producir. En casos muy extremos es inevitable la cirugía plástica.
La flacidez en el cuello tiene diversas formas de manifestarse. las formas no siempre se dan de manera simultánea ni tampoco coinciden en magnitud. Entre las más destacadas tenemos las siguientes:
- Pérdida de la firmeza cutánea (el tratamiento es con radiofrecuencia).
- Laxitud muscular (tratamiento con láser)
- Papada o lo que es lo mismo, la acumulación de tejido graso debajo del mentón (tratamiento con criolipólisis)
Tratamientos para la flacidez del cuello
Existen diferentes tratamientos para la mejora de la flacidez en el cuello. Entre los mismos destacamos los siguientes:
- Tratamientos con inyecciones de ácido hialurónico o toxina botulínica. Mediante este tratamiento se consigue una mejora de la apariencia ya que consiste en rellenar la piel.
- Terapias no invasivas: Como es el tratamiento con radiofrecuencia, terapia con láser frío y la terapia de luz roja. Todos estos tratamientos ayudan a la estimulación y la producción de colágeno, mejorando así la apariencia de la piel flácida.
- Ejercicios de fortalecimiento: También se puede tratar la flacidez en el cuello con la realización de ejercicios específicos que sirven para fortalecer los músculos del cuello, mejorando su tono y elasticidad.
- Cirugía plástica: En algunos casos muy severos es necesaria la intervención quirúrgica.
- Criolipólisis: Este tratamiento es utilizado para la eliminación de la acumulación de tejido graso debajo del mentón (papada). Consiste en la aplicación de frío controlado en las células grasas.
Es importante reseñar que los resultados son muy variables según el paciente. En algunos casos es necesario un tratamiento prolongado para conseguir buenos resultados. Es muy recomendable visitar a tu dermatólogo antes de comenzar cualquier tratamiento con estimuladores de colágeno.
Finalmente destacar que llevar un estilo de vida saludable, con ejercicio de forma regular y dieta equilibrada contribuirá a la mejora de la apariencia de nuestra piel y a la prevención de la flacidez en el cuello que aparece con el paso del tiempo.
Causas que producen flacidez en el cuello
La apariencia de flacidez es inevitable en casi la totalidad de las zonas de nuestro cuerpo. Sin embargo, lo más frecuente es que surja en el cuello y el escote. Entre las causas más comunes de la flacidez en el cuello tenemos:
- Exposición al sol: La luz solar es uno de los factores más comunes del envejecimiento prematuro. La producción de radicales libres daña gravemente las fibras de la piel y tiende a debilitar la piel. Una de las zonas más sensibles a este contacto suele ser el cuello. Las mejores soluciones para combatir este problema son mantener una buena hidratación y seguir los procedimientos de cuidado y limpieza diarios.
- Envejecimiento natural: A lo largo de nuestra vida, nuestro cuerpo va perdiendo masa muscular, firmeza y elasticidad. Por lo tanto, en circunstancias normales, empiezan a aparecer las primeras arrugas en el escote y el cuello. Además de que la piel comienza a «ceder».
- Cambios hormonales: Afectan directamente a la producción de colágeno. Es decir estaríamos hablando de la menopausia en mujeres y la andropausia en hombres.
- Pérdida de peso: Los pacientes con sobrepeso y obesidad que se someten a técnicas de reducción gástrica con y sin cirugía pierden mucho peso. Por esta razón la piel no tiene tiempo para adaptarse a esta nueva situación.
Prevención
Las zonas del piel fina y con pocas glándulas sebáceas como el cuello y el contorno de los ojos son las que más sufren con el paso de los años. La flacidez se puede prevenir siguiendo algunos consejos muy sencillos, como por ejemplo:
- Evitar los cambios de peso brusco
- Cuidar nuestra higiene corporal
- Aplicar los mismos productos que se utilizan para la cara haciendo un masaje descendiente con las palmas de las manos.
- No dormir con una almohada muy alta, si no es por prescripción médica.
La soluciones son muy simples: Limpieza, tonificación, hidratación y protección solar.
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